Lactancia
¡Al fin eres mamá!
Tantos meses esperando este momento y por fin ha llegado. Sin duda, estás viviendo el momento más bonito de tu vida, el nacimiento de tu bebé. Todas y cada una de las cosas que haces van encaminadas a su bienestar y a su felicidad. Una cunita preciosa, el mejor carrito, miles y miles de ropitas y una legión de chupetes, son los mejores regalos que le puedes hacer.¿Los mejores?.
Yo conozco uno muchísimo mejor todavía que todas las cositas que tienes para él, y ésta, la preparas tú, con todo tu cariño. Tu organismo prepara para tú bebé el mejor de los presentes para él: la leche materna.
Proporciona los nutrientes que necesita en cada momento de su desarrollo, adaptándose gradualmente a sus requerimientos nutricionales a medida que va cumpliendo meses. Al comienzo, tras su nacimiento, la leche materna posee un mayor contenido en grasa que va disminuyendo a medida que crece.
Pero no sólo le da el aporte de energía y nutrientes vitales como, proteínas de alto valor biológico que contribuyen al desarrollo de sus neuronas, oligosacáridos que actúan como prebióticos y evitan la aparición de infecciones sanguínea o ácidos grasos esenciales para el desarrollo cerebral.
La forma en que te nutres determina la composición de tu leche y por lo tanto la salud de tu bebé.
Además la leche materna transfiere al pequeño innumerables sustancias beneficiosas que favorecen la maduración de su intestino, el desarrollo visual, hormonas y factores de crecimiento.
Que ayudan al desarrollo normal de las glándulas y regulan el apetito, nucleótidos habiendo estudios que avalan que ayudan a inducir el sueño y millones de células de defensa, los anticuerpos, que le ayudan a generar un sistema inmune competente para superar cualquier adversidad.
Garantizar que la producción de leche sea adecuada en calidad y en cantidad se consigue gracias al seguimiento de unos hábitos alimenticios acordes a tu situación personal y a esta etapa que estás viviendo, en la que no sólo debes tener en cuenta que debes alimentarte bien tú, si no que debes ingerir alimentos adecuados y beneficiosos para el desarrollo físico e intelectual de tu bebé.
Con una dieta que optimice la lactancia, la composición de la leche materna no podría ser mejor ni más completa, siempre está lista para tomar, a la temperatura adecuada y además, amamantar es un momento que crea un vínculo muy especial entre madre e hijo…
¡A qué esperas para regalarle vida a tu bebé!
¿Estás lista? ¡Comencémos!
